De dónde proviene el chocolate que disfrutamos
Según cuenta la leyenda, el chocolate tiene su origen en México, donde el dios Quetzalcoatl le regaló el árbol de cacao a los hombres. La historia cuenta que el Dios Tolteca de la vida, le robó el árbol del cacao a los dioses, para obsequiárselo a los mortales y para que pudieran plantarlo en la tierra.
Su fin era que, al estar bien alimentados, los humanos sólo tendrían la ocupación de mejorar sus vidas, explorando sus habilidades en las ciencias y en las artes. Al parecer la mítica serpiente emplumada, dios más poderoso para los teotihuacanos, mexicas, toltecas, olmecas y mayas tenía la intención de alimentar bien a los hombres mediante el cacao.
Pero exploremos el término un poco más: Theobroma cacao es el término científico que se utiliza para nombrar al cacao. El vocablo griego significa alimento de los dioses, sin embargo, la palabra cacao deriva del maya cacau: cac significa rojo y cau por su parte, significa fuerza y fuego.
Fueron los mayas los responsables de darlo a conocer al pueblo azteca. Este a su vez adoptó su cultivo y empezó a consumirlo en forma de una bebida hecha con cacao molido, agua y miel; a la que se le llamó xocolatl, que en náhuatl – idioma de los mexicas también conocidos como aztecas o nahuas – significa “agua espumosa”.
El xocolatl, era apreciado gracias a sus grandes beneficios, pues se creía que aumentaba el apetito, el vigor físico y la longevidad por lo que los nobles mexicanos se reservaban su uso. La gente común mientras tanto lo consumía, pero de otra forma: como un combinado de cacao con harina de maíz, lo que en la actualidad se conoce como pozol.
Para ampliar un poco más podemos añadir que el pozol es una bebida refrescante de agua, azúcar y harina de maíz batida que se prepara de manera artesanal y que se consume principalmente en el sureste de México. Al parecer tiene múltiples nutrientes y un delicioso sabor.
Pero volviendo a lo que nos importa: el cacao, podemos decir que Quetzalcoatl tenía muy buenas razones para creer que éste alimentaría bien a los hombres. Los granos de cacao tienen una gran cantidad de beneficios si se consumen regularmente, ya que poseen antioxidantes como la epicatequina, que tras ser ampliamente estudiada ha demostrado ser beneficiosa para la salud.
La epicatequina es un compuesto que se encuentra en el chocolate negro recogido del árbol del cacao y es único con respecto a sus efectos sobre los músculos y el corazón. Ya que aporta una gran cantidad de propiedades para la salud en general y para los deportistas en particular, ayudando a prevenir enfermedades cardiovasculares, reduciendo el peso y también la grasa corporal.
Primeros usos del cacao
Cuenta la historia que cuando Hernán Cortés desembarcó en la costa de México en 1519, los aztecas, creyeron que era la reencarnación del Dios Azteca Quetzacoatl, que había prometido regresar a la tierra y lo agasajaron ofreciéndole «tchocolatl».
Hernán Cortés descubre así el chocolate y a partir de 1520 los religiosos que viajaban junto a él comienzan a introducir esta bebida, ya endulzada y caliente, en España. Tan deliciosa y agradable resultó ser al paladar de los españoles, que tiempo después fue presentada de una manera más formal, enamorando y seduciendo también a reyes e infantas.
El chocolate sedujo por ejemplo a la infanta española Ana de Austria quién al casarse en 1615 con el rey de Francia, Luis XIII, llevó a la corte francesa su dulce costumbre, arraigando así el chocolate con fuerza en las cortes española y francesa, y extendiéndose así por el viejo continente.
La primera producción mecánica del chocolate se produjo en Barcelona en 1777, con una máquina considerada el principio del final de su elaboración artesanal y en consecuencia el inicio de la “revolución industrial” para este producto.
François-Louis Cailler por su parte, fue pionero en la automatización del proceso de elaboración del chocolate, con lo cual fue capaz de reducir los costos y también el precio de venta al consumidor de sus productos. Su gran innovación fue el desarrollo del chocolate suave que se formaba en barras.
Más tarde en 1875 Daniel Peter yerno del primer fabricante suizo de la historia, tuvo la maravillosa idea de combinar el chocolate con leche con su vecino Henri Nestlé. A partir de allí los éxitos se continuaron uno tras otro hasta que en 1890 la compañía inventó los pralinés mezclando almendra o avellana confitada con azúcar caramelizado. ¡Increíble! ¿no?
Primeros usos y expansión del chocolate por el mundo
Ya te contamos que, desde sus inicios, el cacao fue un alimento de gran importancia en la sociedad azteca al punto tal que hasta también fue utilizado como moneda de cambio. Los Aztecas creían que las semillas del cacao eran la personificación del Dios de la sabiduría y por eso le otorgaban cierto valor: así 4 habas de cacao podían cambiarse por una calabaza, 10 por un conejo y con 100 habas era posible hasta comprar un esclavo.
Según la leyenda, el cacao era el árbol más bello del paraíso de los aztecas, al que le atribuían múltiples virtudes como calmar el hambre y la sed, proporcionar sabiduría universal y hasta curar ciertas enfermedades.
Cuando Cristóbal Colón lo recibió como ofrenda en 1502 al cacao ya se le otorgaban poderes afrodisíacos y de fuerza por sus componentes estimulantes. En aquella época existía la convicción de que aumentaba el apetito, el vigor físico y también la longevidad.
María Teresa de Austria se animó a más y hasta utilizó el chocolate como antidepresivo para su esposo el rey Luis XIV, quien sufría de una pronunciada melancolía. El chocolate era considerado no sólo una deliciosa comida, sino también una medicina de múltiples cualidades curativas.
La idea de Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos de América que ocupó el cargo entre 1801 y 1809, que el chocolate tenía propiedades reparadoras y calmantes fue compartida por muchos de sus contemporáneos, como Benjamín Franklin, el Marqués de Sade, Madame du Barry y George Washington. Jefferson escribió en 1785 que en Estados Unidos la superioridad del chocolate tanto en salud como en nutrición, pronto le daría la misma preferencia sobre el té y el café que tiene en España.
Por otra parte, se sabía que Benjamín Franklin vendía chocolate en su imprenta en Philadelphia. Bajo el seudónimo de Richard Saunders, tampoco tuvo dudas en recomendarlo para el tratamiento de pacientes con viruela como una forma de ayudarlos a aumentar de peso.
George y Martha Washington también fueron fanáticos del chocolate. Sorprendentemente se descubrió que en su hogar tenían tazas especiales para beber chocolate: estas eran muy particulares para la época ya que, a diferencia de las demás, tenían una tapa para mantener el chocolate caliente y asas en ambos lados.
Ya en el siglo XX, el chocolate se valoró como alimento básico y hasta era imprescindible en las raciones de los soldados en la guerra. Los primeros indicios de comercialización de chocolate para niños datan de la década de 1930.
En aquel entonces era ampliamente aceptado como nutriente y los ingresos medios del hogar estaban subiendo. Así fue que los comerciantes vieron una gran oportunidad para dar al chocolate una imagen más joven y fresca. Se comenzaron a envasar diseños y productos desarrollados y enfocados especialmente en los más jóvenes, para desarrollar su gusto por el chocolate. No es necesario contar lo que pasó después ni decir que tuvieron éxito muy rápidamente. ¿Cierto?
De manjar de los dioses, a manjar de todo el mundo
En este interesante recorrido por su historia, te contamos cómo el cacao fue considerado durante mucho tiempo un verdadero manjar de los dioses. Luego, fue haciendo su camino, evolucionando y conquistando fanáticos, entre los que se contaban conquistadores, nobles, reyes y presidentes, alrededor de todo el mundo.
Por otra parte debemos decir que es imposible saber con exactitud quién inventó el chocolate. Sería difícil encontrar esa primera o única persona que tuvo la brillante idea de mezclar semillas de cacao con agua y otros alimentos para inventar una deliciosa y espumosa bebida.
Lo que sí podemos conocer es el origen del chocolate tal como lo conocemos ahora. Y decir que Luis Cailler fabricó la primera tableta de chocolate, que el suizo Daniel Peter encontró la forma de mezclar la leche en polvo con el chocolate, inventando así el chocolate con leche. Y que el suizo Rudolphe Lindt inventó la máquina para convertir la textura del chocolate en algo suave y sedoso que podía emplearse de muchas formas distintas.
Ahora: cómo el grano de cacao se convirtió en un producto universal e indispensable para millones de personas, tiene una parte de magia y de leyenda, que es imposible descifrar con la razón. ¿Será por eso que amamos tanto el chocolate? ¿Qué opinás? ¡Déjanos tus comentarios, te leemos!
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